martes, 28 de octubre de 2014

Perro


Hace unas horas apagué el velador y esperé a que mis ojos se acostumbraran para verte con la luz que viene de la calle y de la luna. Dormida así, dándole pataditas espasmódicas a la nada, ocupás todo el ancho de la cama.  

Cuando te despiertes no te vas a acordar, pero hoy cantamos juntos la que me decís es tu canción favorita “la del perro” y casi me sale entera la melodía en la viola.

Improvisé un DO, pero pisando también el tercer traste de la sexta, un RE de cinco cuerdas y un SOL que no paraba de trastear. “Me dejo atravesar, soy como un túnel donde corre el tren”, cantamos. Después te ví dormir como siempre, segura, en ese mundo en donde el techo del universo se parece bastante a esas estrellas fosforescentes que cuelgan de la pared.

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